Debe recitarse antes de comenzar cualquier Operación de magia.
Oh, Dios todopoderoso, Dios fortísimo, Dios dulcísimo, Dios altísimo y glorioso, Dios soberano y justo, Dios elementísimo, yo me humillo a vuestros pies, confesando humildemente que soy un pecador indigno. Te imploro vuestra misericordia y vuestra bondad infinita. No miréis el incalculable número de pecados que he cometido, puesto que siempre os compadecéis de los penitentes. Dignaos escuchar mis súplicas. Bendecid, yo os suplico, mi operación con vuestra bondad, misericordia y virtud infinita.
Amén.
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