El problema es que la magia ha sido ocultada y ha yacido tanto tiempo bajo una nube de supersticiones, ignorancia y temor por una parte, y ha sido oscurecida por otra parte, por el misterio y el secreto.
Esto, maquinado por aquellos que temían la pérdida de poder y de prestigio si el asunto se llevaba a la luz, hace que sea muy difícil para el escritor corriente hacer algo más que dar un bosquejo general sobre el asunto. El escritor está compelido a extraer su material de los archivos secretos o de su propio conocimiento sobre el ocultismo, esoterismo y magia práctica. Aquellos que podían haber dado un registro de primera mano fueron amordazados por terribles juramentos de secreto, para no revelar grandes secretos sobre la magia práctica, pero la ruptura de un juramento e iniciación no es una cuestión ligera.
Desde luego, algunos rompieron su juramento de silencio y lealtad, pero como regla general lo hicieron no para instruir al público en general, sino para alimentar su propio poder y, aunque prometieron dar todos los secretos, retuvieron sin embargo ciertas claves esenciales.
Estos individuos formaron entonces alrededor suyo grupos obligados al secreto y a la obediencia, y toda la historia se repitió.
El cuerpo general del conocimiento mágico puede ser dividido en dos grupos. El primero, en cantidad si no en calidad, es el cuerpo general de ceremonias y prácticas mágicas que son las existencias en comercio de la organización oculta normal. Surge la segunda pregunta de por qué habrían conminado las diversas órdenes mágicas a sus iniciados al secreto respecto a estas cosas que son de conocimiento común en muchísimos libros y revistas esotéricas.
La respuesta es que, en las órdenes y fraternidades que eran genuinas, la información dada en estas diversas fuentes era combinada en un patrón particular, y era este patrón el que era el objeto real del secreto, que se debía guardar bajo estricto juramento.
Los patrones de ritual usados en cualquier orden mágica particular se mantienen secretos por una razón muy buena. El poder del pensamiento es poco realizado por la persona ordinaria, pero en los trabajos mágicos de una logia se practica la visualización constructiva y se crean formas de pensamiento definidas. Sin embargo, sin entrar en argumento alguno sobre el tema, es un artículo de fe en las logias ocultas, basado en una repetida observación clarividente, que estas formas de pensamiento pueden construirse por el uso del ritual correcto. Pero por estar construidas por el pensamiento, pueden ser afectadas por el pensamiento y por tal razón se mantienen secretas a fin de que el trabajo que se hace no pueda ser interferido.
La magia tiene dos tipos de llaves para la utilización de los poderes: las llaves menores y las llaves mayores. Las llaves menores consisten en técnicas fisiológicas, psicológicas y psíquicas que han sido transmitidas desde el pasado, o sea, han sido construidas por un proceso de trabajo experimental. Los diversos ejercicios de yoga son tales técnicas. Una buena parte es de dominio público, pero hay varios artificios técnicos que son muy poderosos en sus efectos y que requieren la preparación debida por parte de la persona que los usa. Por lo tanto, estas llaves se mantienen secretas.
Estas llaves menores constituyen las llaves principales en las manos de los rectores de las logias. Pero las llaves mayores son una proposición enteramente diferente. Las llaves menores pueden ser comunicadas a otros, que pueden practicar la técnica y adquirir destreza en ellas, pero con estas llaves mayores tal proceso es imposible. Pero si las llaves mayores no pueden ser comunicadas de iniciador a neófito, ¿cómo puede entonces el discípulo recibirlas? bueno, aunque no puedan ser comunicadas, pueden ser implantadas dentro del alumno por un proceso de realización inducida o impactación. Esto puede efectuarse por el uso de ciertas llaves menores y se hace así de hecho cuando una logia u orden está trabajando sobre un contacto verdadero. Debe recordarse, sin embargo, que tal sucesión de conocimientos de las llaves mayores depende enteramente del grado del iniciador y de la preparación del pupilo.
Hay algún peligro en la práctica de la magia, claro que sí lo hay, existen muchos y diversos peligros. Cualquier cosa puede ser abusada y cuanto más poderosa sea la cosa para el bien, mayor será el mal si se usa mal. Los peligros del trabajo mágico pueden ser divididos en peligros espirituales, emocionales y físicos.
El peligro espiritual consiste en ese orgullo presuntuoso y satánico por el que, como se ha dicho, cayeron los ángeles. Este es el vicio característico del seguidor del sendero oculto. El alejamiento intelectual y el desprecio frío hacia el rebaño ignorante son muy comunes en los círculos ocultos y, puesto que los ritos mágicos exigen una aplicación muy concentrada y continua, el estudiante comienza a sentirse en algún modo superior a los otros de alrededor suyo.
Más bien debería hacerse muy humilde, desde que se empieza a realizar que la única justificación para la práctica del arte mágico es a fin de que se pueda estar en mejores condiciones de ayudar al prójimo. “Deseo saber para servir”, dice el neófito de los misterios, y el que desoye este consejo ha tomado el primer paso en el camino descendente.
Los peligros emocionales son múltiples. Debemos recordar que la personalidad se destruye durante la vida terrestre por la experiencia con la que se encuentra y sus reacciones ante ella. Puesto que estas experiencias son muchas y variadas, y puesto que las reacciones de la personalidad son extremadamente complejas, llegamos usualmente a la edad madura con una personalidad que ha sido construida sin un plan definido. Algunas veces hemos combatido las circunstancias, otras veces nos hemos abandonado a ellas. Hemos encarado circunstancias adversas y aprendido la lección que tenían que enseñar, habiendo obtenido así su poder para nosotros; allí hemos intentado escapar de tales condiciones y de la necesidad de tener que tomar una decisión concerniente a ellas.
Dentro de nuestra personalidad mal estructurada, tenemos las fuerzas y poderes del universo y nos sorprende que más de una personalidad sea derrumbada por la sola invocación de las fuerzas cósmicas. La presencia del poder invocado actúa sobre todas las partes de nuestra psique y los complejos reprimidos, tanto como la consciencia integrada, sienten presión. Es así porque ciertos estudiantes de magia sienten inestabilidad mental y desequilibrios psíquicos.
En cuanto a los peligros físicos en la magia, debe recordarse que uno de los resultados directos del trabajo mágico es un incremento tremendo de las energías vitales y este poder aumentado, como ya he dicho, afecta a toda la personalidad. Parte de la personalidad es el cuerpo físico y sus sistemas y centros nerviosos. Estrechamente asociados con los plexos nerviosos están esos maravillosos laboratorios químicos del cuerpo, las glándulas endocrinas o de secreción interna. Asociados también con ellas están los diversos factores instintivos y emocionales de la mente y se sabe que las secreciones de las glándulas endocrinas, las hormonas o mensajeros transmitidos por el torrente sanguíneo a todas las partes del cuerpo, causan efectos de largo alcance tanto sobre el cuerpo como sobre la mente.
Si por las prácticas mágicas incrementamos las energías vitales y si por una concentración sobre los diversos centros psíquicos dirigimos hacia ellos una cantidad excesiva de esta energía que nos viene, podemos esperar entonces que la incrementada actividad del centro nervioso y de la glándula concernida resulte en la liberación excesiva de sus hormonas en el torrente sanguíneo.
EL PODER ES MUY BELLO PERO MUY PELIGROSO A LA VEZ: piensa neófito, antes de meterte en el sendero.